Si naciste en los 80 y no te criaste en una cueva alejado del mundo, te gustase el fútbol o no, sabrás lo qué es “Campeones” o como lo conocíamos en los colegios, “Oliver y Benji”. Y si eres futbolero, lo más probable es que en tus recreos de EGBeros (o de Primaria) eligieras ser Oliver o Benji antes que tener que ser Bruce Harper. Hiciste el tiro del tigre de Mark Lenders, el tiro combinado de Oliver y Tom, e intentaste la catapulta infernal de los hermanos Derrick, acabando, en el mejor de los casos, con moraduras en la espalda.
Capitan Tsubasa, que es el nombre japonés de lo que aquí nos llegó como “Campeones”, se estrenaba en España el 5 de marzo de 1990. Tan solo dos días antes, Telecinco había comenzado sus emisiones al conseguir una de las tres licencias con las que la televisión privada se introdujo en España (las otras dos fueron Canal+ que comenzaría sus emisiones en septiembre del mismo año y Antena 3 que ya llevaba emitiendo desde finales de 1989). Desde el inicio, Telecinco apostó por una parrilla bastante peculiar, priorizando el espectáculo, los concursos y los programas infantiles.
De hecho, durante los primeros meses, la emisión, que comenzaba pasado el mediodía (sí, niños, antes no teníamos TV las 24h) carecía de informativos más allá de un avance de unos cinco minutos por la noche donde se repasaba lo más significativo. La franja que ahora ocupan las noticias de la noche en todas las cadenas, la ocupaban programas como el "Telecupón" o “Su media naranja”.
“Campeones” se ubicó a las 20:30h. De inicio, el impacto de la serie fue moderado, sobre todo porque el alcance de la emisión de Telecinco durante las primeras semanas, se reducía a unas pocas ciudades. Sin embargo, bastaron un par de meses para que conforme el territorio nacional abarcado iba creciendo, lo iba haciendo también la fama de aquellos dibujos japoneses que nos enseñaban a nosotros, los europeos, las bondades del balompié.
Partidos que duraban 20 capítulos, campos de 18 kilómetros, partidos de juveniles con más aforo que la final de la Champions, jugadas en slow-motion en las que el personaje analizaba cada detalle de su alrededor para tomar una decisión, tiros que superaban al portero, la red, la valla publicitaria, el muro del fondo y se salían del estadio envueltos en una llama de fuego. Un portero que para lanzarse a la escuadra primero tomaba impulso en el palo contrario. ¿A quién no le va a gustar?
Todo rodeado de un halo de culebrón venezolano. Oliver Atom, con un padre ausente que se largaba a alta mar durante toda la serie. Julian Ross, con una dolencia cardíaca que lo podía matar en cualquier momento pero al que nadie le decía que jugar a fútbol era una idea pésima para su corazón. Mark Lenders, huérfano desde los 5 años y cuyo último deseo de su padre era que se convirtiese en el mejor jugador de todo Japón. Tom Baker al que su padre no le dejaba hacer amigos al llevar una vida de bohemio nómada, Roberto Sedinho, ese entrenador adicto al alcohol al que un desprendimiento de retina truncó su carrera como jugador. Alan Crocker, un portero con más miedo al balón que a un atraco en un callejón de noche… todo drama.
Me voy de viaje lo que dure la serie, pero no te preocupes hijo, te dejo a cargo de este ex-jugador alcohólico con depresión para que te guíe por el camino de la rectitud.
A la vuelta del verano, la marca Campeones era un auténtico filón entre los chavales. Se dice que incluso en Telecinco recibieron por cientos las llamadas y cartas de amargados padres diciendo que el jodido niño no le dejaba ver las noticias de TVE, que hiciesen el favor de programar los dibujos a otra hora.
Se vendieron cromos, chicles, figuritas e incluso llegaron a estas tierras ediciones del manga en el que se basa el anime. Durante más de un año, “Campeones” permaneció en nuestras pantallas, hasta el 27 de mayo de 1991, cuando se emitió por última vez. Al día siguiente, Telecinco programó a la misma hora “Super Gol”, la historia del pobre Rafael (que era un clon de Oliver Atom), una copia descarada de “Campeones”, también proveniente del país del sol naciente, pero de la que no se acuerda ni el tato… y con razón porque era insufrible. De hecho, no era un desconocido del todo ya que durante unas semanas en noviembre de 1990, Telecinco intentó ya meternos “Super Gol” como “Campeones II”, pero evidentemente no coló.
Sin la serie en pantalla, el boom de Campeones se fue desinflando. Telecinco intentó traer nuevos capítulos a comienzos de 1992 emitiendo esta vez los sábados a las 15:00. Pero el nuevo horario no cuajó y desapareció de parrilla apenas un mes después.
Después de intentarnos timar con "Super Gol" llamándolo "Campeones 2" igual la gente no se creyó lo de "Nuevos Capítulos".
España perdió el interés, salvo esporádicas y contadas reposiciones, por una serie que continuó en su país de origen, tanto en manga, donde los personajes siguieron su trayectoria durante más de 40 años (el manga se dio por finalizado en abril de 2024) como en animes basados en el manga.
Campeones es una serie que ha envejecido muy bien, que tiene un revisionado muy aceptable y es un chute de nostalgia para muchos de nosotros. Y volviéndola a ver, casi 35 años después, una cosa queda clara: Tom Baker era infinitamente mejor que Oliver Atom.
Saludos y hasta mañana.