Ya hablé de los Cereales Chex en un post de los que rescaté de la etapa anterior del blog donde contaba su efímero paso por nuestro país y lo buenos - porque mira que estaban buenos - que estaban.
Pero creo que era obligado hacer un post con los obsequios que introdujeron en sus paquetes durante su estancia en España.
No he seguido un estricto orden cronológico - al menos creo que no, ya que es imposible saberlo - pero sí que creo que están todos los que fueron en esos poco menos de 2 años que Ralston mantuvo los Cereales Chex en las estanterías españolas:
Fue de los primeros regalos que se incluyeron en los paquetes de Chex y probablemente de los más recordados.
Aprovechando la fiebre por las Tortugas Ninja (Que inundó absolutamente todo de merchandising), Chex incluyó las típicas insignias redondas de chapa en sus paquetes.
Una colección de 15 chapas: 4 en color rosa, 4 en amarillo, 4 en azul y 3 en blanco, con distintos motivos de la serie animada. Sólo salían las 4 tortugas, no salía Splinter, ni Shredder, ni Krang, personajes que también era muy conocidos entonces.
Al igual que otros regalos de Chex, recuerdo haber tenido varias, pero actualmente sólo conservo una blanca (la del centro en la fila inferior de la imagen).
La verdad es que de este regalo ni me acordaba. Probablemente fuera el primero, antes de que en mi casa se comenzase a consumir Chex, ya que fuimos fieles hasta que desaparecieron de los supermercados.
No he encontrado mucha información, parecen unos colgantes marca-bolsas de cartón. Los había con el colgante en varios colores (al menos amarillo y azul que yo haya visto) y supongo que con varias ilustraciones.
Probablemente mi regalo favorito y creo que el que más lo petó. Eran unas pelotitas saltarinas que tan de moda se pusieron y tan de calle llevaban a nuestras madres y abuelas por los destrozos que realizaron en jarrones, figuritas y otros elementos del hogar. Las pelotas venían adornadas con motivos de Dragon Ball y no iban pintados, si no que iban en un plastico dentro de la propia bola, por lo que nunca se desgastaba el dibujo.
Eran un total de 7 bolas con distintos personajes (Goku en tres versiones, Duende Tortuga, Piccolo, Krilin y Chi-Chi) en 4 colores distintos: amarillo, naranja, verde y azul. Lo que hacían un total de 28 variantes, por lo que ya podías hincharte a cereales si querías conseguirlas todas. Además se rumoreaba que las azules eran más difíciles de conseguir que las propias bolas de dragón.
Con el paso del tiempo, en el mercado de segunda mano, se ven de otros colores (blancas, rosas...) pero yo creo que no son más que los efectos del tiempo y la exposición al sol.
Tuve unas cuantas de ellas, aunque ahora mismo sólo conservo la de Chi-chi en color amarillo.
La moda de Dragon Ball continuó y Chex incluyó en sus paquetes, catadióptricos para la bici con la forma de los personajes de la famosa serie.
Se trataba de una serie de 12 catadióptricos que representaban 3 formas diferentes (Chi-chi, Goku y Duende Tortuga) en 4 colores distintos: amarillo, rojo, azul y verde.
No recuerdo cuántos tuve, pero sí que los ponías en la bici y duraban 2 telediarios ya que las pestañas de sujeción no eran precisamente una maravilla y se caían continuamente.
Chex se apuntó a la moda de las Pizarras Mágicas, cuyo máximo exponente fueron las Fruti-Pizarras de Danone, que ya veremos cuando toque en otro post. Consistía en una pizarra rectangular con una lámina de plástico reactiva a la presión en la que se podían hacer dibujos bastante cutres. Para limpiarla bastaba con levantar la lámina de plástico.
Chex sacó dos versiones, en fucsia y amarillo, sin demasiadas florituras.
Alejados ya de los gloriosos tiempos de regalos con licencia de grandes series, comenzaron a obsequiar con estas pegatinas, de diversos monstruos adictos a los cereales, las cuales tenían la peculiaridad de que brillaban en la oscuridad.
No recuerdo exactamente de cuántas pegatinas constaba la colección, pero sí que tuve un par de ellas pegadas en el cabecero de mi cama hasta el día que se fue al vertedero.
Los últimos intentos de Ralston para salvar los muebles con Chex ya daban indicios de que la cosa no marchaba demasiado bien. Alejados ya de la compra de licencias como las Tortugas Ninja o Dragon Ball, de sus últimos coletazos fueron estas ceras de color (del tipo Plastidecor) con forma de mano. Tenían un agujero para ponértelas en un dedo, y aunque la idea podía sonar genial, era imposible pintar con eso y menos con un mínimo de precisión.
Tuve unas cuantas y todas acabaron en la lata de pinturas cogiendo suciedad, porque además de inútiles eran indestructibles. Acabarían en la basura en alguna mudanza.
Como añadido a todo este catálogo de regalos, los paquetes de Chex solían llevar "extras" en el exterior del paquete: un antifaz de las Tortugas Ninja al que le podías poner una goma y usarlo como careta, un tres en raya de Dragon Ball... Todo impreso en la parte posterior del paquete para recortar una vez terminases de devorar los cereales.
Y hasta aquí llegó la andadura de Chex. Poco después desaparecieron de nuestros supermercados y nuestras vidas nunca fueron las mismas. Al menos de los que los probamos y todavía guardamos el sabor en nuestra cabeza.
Saludos y hasta mañana!