Maravillas culinarias de los 90: Cereales Chex



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Los 90 fueron un desfile de productos bizarros que se acumulaban en las estanterías de nuestros supermercados. Esto, unido a la época dorada de los anuncios mierder en televisión, dieron lugar a los años más felices de muchos de nosotros.

Antes de que alguien cayera en que se estaba comprometiendo seriamente el futuro de las coronarias de la generación Y, gracias a las grasas animales en la bollería industrial y la manía de darle un glaseado extra a lo que ya estaba relleno y cubierto después de frito, pudimos disfrutar de los más increíbles sabores en productos que además solían llevar asociados otros elementos atractivos al público objetivo, principalmente regalos de la serie de moda.

Y yo, que no digo que no encuentre el camino a la paz interior desayunando fruta cortada con queso batido para intentar mantener a raya la barriga que crece a medida que se acercan peligrosamente los 40, añoro de vez en cuando algunas de aquellas joyas desaparecidas.

Así como quien no quiere la cosa, hace unos años desbloquee en mi cabeza el recuerdo de los cereales Chex. Gracias a unas pelotitas de goma con dibujos de Dragon Ball que rescaté del trastero de mi madre, en mi cabeza se acumularon un torrente de recuerdos de aquellos cereales.

cereales-chex-bola-dragon7 modelos en 4 colores distintos. Tenías que comer cereales con embudo y aún así no se si a alguien
le daría tiempo a juntar todas las bolas con lo poco que duraron los Cereales Chex en el mercado.

Indagando por Internet, poco pude encontrar de la breve incursión de Cereales Chex en España. Tuvimos tres sabores «Sugar Chex» (con azúcar) , «Choco Chex» (chocolate, eran sin duda mis favoritos) y «Honey Chex» (con miel). Después de varias campañas de entrada al mercado con merchandising de Dragon Ball y Las Tortugas Ninja (Chapas, reflectores de bici, llaveros…) desaparecieron de la noche a la mañana.

Mi cerebro, que es un tanto cabrón, fue capaz de traerme a nuestros días el recuerdo del sabor de aquella maravilla y cual yonki necesitado de su droga me embarqué en una cruzada para buscar fuera de nuestras fronteras, donde se siguen produciendo, los dichosos cereales.

Tras varios intentos frustrados de importar alguna caja sin empeñar un riñón en el proceso, vi la oportunidad dorada cuando, en nuestro viaje de novios, hice a mi mujer acompañarme pateando medio Londres en busca de una tienda que había leído que los tenían a la venta.

El resultado no pudo ser más decepcionante. No sé si el paso del tiempo, el hecho de que fuera una receta orientada a otra región, que probablemente no se fabricarán con los mismos ingredientes…lo que sea, pero ni rastro de aquel sabor que recordaba en mi cabeza.

Me quedo con mi recuerdo, mis pelotitas de Dragon Ball, las chapas de las Tortugas Ninja, y con la esperanza, de que si junto las suficientes firmas, igual convenza a Nocilla para que reediten la Nocilla de Fresa.

Saludos y hasta mañana.