La Nocilla de Fresa, el Expediente X culinario por antonomasia. Durante años, los que la habíamos probado y la añorábamos tuvimos que enfrentarnos a los que ponían en duda la existencia histórica de semejante ambrosía. Se generó una especie de mito alrededor hasta que, como era obvio, salieron a la luz las pruebas gráficas.
Esta maravilla en forma de crema de cacao con sabor a fresa estaba buenísima. Recuerdo comérmela literalmente a cucharadas, pero desapareció incomprensiblemente y pese a que algunas marcas han intentado hacer experimentos similares, el sabor que tenía la original nunca se ha replicado por lo que desde ahí todo fue cuesta abajo y es normal que hoy en día la gente prefiera Nutella a una marca que nos privó de vivir con Nocilla de Fresa en nuestras despensas. Toma nota Idilia Foods, si quieres que vuelva al redil, reedita la Nocilla de Fresa.
Otro crossover que nadie necesitaba y se fue tan rápido como vino fueron los ‘Petits El Caserío’, una mezcla de los quesitos y los Petit Suisse.
En algún brainstorming con abundantes dosis de peyote, creativos de ‘El Caserío’ decidieron lanzar quesitos con sabores de fresa, plátano y limón.
Es la única prueba que he encontrado en Internet de su existencia.
El resultado era como comerse un Petit Suisse caducado y duro. No negaré que hubo tardes en las que me llegué a comer un par de paquetes, pero no sufrí con su desaparición. Durante mucho tiempo hubo gente que puso en duda que esta aberración hubiese estado en nuestras neveras (probablemente los propios directivos de El Caserío) pero una vez más Internet hizo su magia y aportó pruebas gráficas para deleite de todos.
Si recuerdas haber comprado algo de la marca Yoplait en España siento decirte que eres más viejo que un bosque.
La marca francesa de lácteos se largó hace ya casi 20 años de nuestro país, y en el recuerdo quedan sus anuncios buenrolleros con «Stand by me» de Ben E. King sonando mientras una rubia hacía Yoga y se tomaba un yogur de coco.
Pero pocos somos los elegidos que recordamos YOP, el yogur líquido de Yoplait y eso sí que es una pena porque era manjar de dioses.
Como buen producto lácteo de los 90 llevó asociado una ingente cantidad de regalos promocionales, de los cuales recuerdo como si fuese ayer, unas riñoneras que mis hermanos y yo tuvimos cada uno de un color y que igual hasta andan por ahí todavía.
El mercado de los yogures lácteos no es que sea un terreno con excesivo misterio, pero el toque de nostalgia sin duda hace que pueda decir eso que nunca ha habido un yogur lácteo como YOP.
Hasta aquí el primer repaso a productos que desaparecieron y la gente ha intentado borrar del recuerdo colectivo. Somos la resistencia, y no pararemos nuestra lucha hasta que reediten la Nocilla de Fresa.
Saludos y hasta mañana